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Desde el 2016, y con un fuerte agravamiento a partir de diciembre de 2022, la República del Perú atraviesa por la que es quizás una de las mayores crisis políticas de la historia de América Latina. La inestabilidad existente en el país ha provocado una serie de protestas donde docenas de manifestantes han perdido la vida, dentro de un contexto en el que se ha llegado al punto de emplear la violencia para reprimir todo tipo de reclamos.
Sin lugar a dudas, es esta una situación compleja: los mandatos presidenciales en el Perú duran cinco años según su Constitución; pero, por muy increíble que parezca, desde el 2016 hasta la fecha han pasado por el Palacio de Pizarro un total de ¡seis presidentes! Candidatos que ganan por cifras mínimas, renuncias al poder, propuestas de vacancia por parte del Congreso, intentos de disolución de este; en el sistema político peruano ha sucedido de todo un poco en menos de 10 años.
Pese a ello, la crisis política que atraviesa la nación andina constituye el punto álgido de un proceso de sedimentación en el que numerosas problemáticas con un marcado carácter histórico se han ido acumulando y agravando, hasta alcanzar el estado de ingobernabilidad que reina actualmente en el país andino.
La primera de estas causas es la desigualdad económica existente entre la élite peruana y el conocido como Perú Profundo, brecha que se remonta a los albores del siglo XX, cuando se instauró una República que beneficiaba a la aristocracia en detrimento de los habitantes de las zonas rurales, problema este que no ha hecho más que aumentar con el paso de los años.
Por otro lado, la inestabilidad política es un hecho que ha caracterizado históricamente al país sudamericano. Basta con repasar su trayectoria gubernamental a lo largo del siglo XX: siete golpes de Estado, varias dictaduras militares, una Revolución social, períodos aristocráticos, democráticos…, incluso, un autogolpe de Estado, durante el mandato de Alberto Fujimori.
Y es precisamente en la década del 90, encontrándose Fujimori en el poder, cuando aparecen las principales causas históricas de la crisis política actual; como, por ejemplo, la Constitución de 1993, redactada a raíz del autogolpe de Estado, la cual se mantiene vigente hasta el día de hoy, con numerosos artículos que atentan contra los derechos del pueblo y la estabilidad política del país.
Otro problema común en el Perú es la corrupción, sobre todo en los últimos años, al punto de que siete expresidentes de la nación andina están siendo investigados al respecto: uno de ellos incluso se suicidó antes de ser detenido. Esto ha provocado en la población una apatía política generalizada, con una marcada tendencia hacia el Antifujimorato, o sea, votar por cualquier candidato que no sea Keiko Fujimori, la hija del exdictador Alberto Fujimori.
El pueblo ya no confía en sus representantes, lo que ha generado numerosos problemas, desde la desaparición de varios partidos políticos hasta la llegada al poder de candidatos poco populares como Pedro Castillo, quien ganó por el hecho de ser Keiko Fujimori la otra propuesta, en unas elecciones muy reñidas.
La situación política actual en el Perú no posee aparentes soluciones a la vista, a no ser la llegada de las próximas elecciones en el todavía lejano 2026. No obstante, algunos analistas sugieren tomar medidas como la redacción de una nueva constitución, la separación del Congreso en dos cámaras o la centralización de algunos organismos del Estado. Una cosa queda clara, y es que urge salvar al Perú: son muchos los que sufren las consecuencias históricas de una nación en crisis. (Por: Humberto Fuentes)