Con una ofensiva despiadada los Cocodrilos de Matanzas se llevaron el primer partido de la semifinal en la segunda Liga Élite del Béisbol Cubano frente a los Leñadores de Las Tunas.
En la lomita se mantuvo sólido Yoannis Yera casi siempre abriendo con strike ante cada bateador y poniéndose arriba en el conteo, al cual solo se le complicó la primera entrada de las cinco que trabajó.
Diferente destino tuvo Dariel Góngora por Las Tunas, a quien la defensa le falló comenzando el juego y esos errores que no van a los libros pusieron dos Cocodrilos en circulación.
En conteo de 3-1 Yurisbel Gracial la puso detrás de la cerca por el jardín central y Matanzas rompía el celofán con 3 carreras. Finalmente Góngora apagó el fuego.
El primer hit de los Leñadores llegó en el segundo episodio en las muñecas de Yordanis Alarcón cuando Yera comenzó a irse de la zona de pitcheo tirando bolas altas, hasta que los ponches lo sacaron del mal momento con la cabeza en alto.
El camagüeyano Góngora recibió y no fueron consejos de parte de Andrys Pérez que con un vuelacercas puso el marcador 4 por 0, mientras un error de fildeo colocó a Eduardo Blanco en segunda y la amenaza seguía.
Yordan Manduley, el nuevo refuerzo del line up, la puso a rodar para colocar un hombre a noventa pies del home. Ni cortos ni perezosos insistieron en producir y una jugada dibujó la quinta en la pizarra para seguir luego la fiesta de batazos provocando la salida del abridor de los orientales con una actuación para el olvido.
El relevo fue recibido irrespetuosamente por la poderosa batería de Matanzas, jonrón tras jonrón, hit tras hit y parecía eterno el segundo ininng. Hasta que con un 10 por 0 lapidario terminaba el martirio de todos los lanzadores que se paraban en la lomita.
Con la tranquilidad de un amplio marcador Yera retiraba a sus rivales con facilidad al tiempo que la ofensiva yumurina seguía con la carnicería y el 11 a 0 se plantaba bonito en la pizarra.
Otro batazo de vuelta completa abriendo el cuarto dejaba claro que los rojos no iban a ceder, mientras Yera transitaba sin sobresaltos cada entrada con amplitud de 12 rayitas.
En el sexto el relevo matancero mantuvo a raya a los del Balcón del Oriente Cubano para definitivamente sepultar a unos Leñadores que se vieron indefensos ante la solidez de una novena que honró el título de favoritos.