Muchos niños y adolescentes matanceros han encontrado en el Proyecto Sociocultural Maravillas de la Infancia de la barriada de Versalles, en la ciudad cabecera, un espacio ideal para aprender y dar sus primeros pasos en el mundo del arte.
La animación de las actividades deportivas y culturales constituye uno de los talleres donde se preparan desde edades tempranas. Otros prefieren cantar y bailar para ganarse el aplauso desinteresado del público. Las artes plásticas también ocupan un espacio para quienes aman el mundo de los colores y trazos. Cada semana los niños junto a especialistas plasman sobre las hojas sus fantasías.
Lismarys, Liana y Angélica son de las entusiastas cantoras del grupo. No se resisten a la música e interpretan con soltura infinidad de temas y géneros musicales. El pequeño Darian se roba todo el espectáculo cada vez que sale a escena porque le pone picardía y mucho desenfado a las canciones y termina con el público de pie y dando aplausos.
Los padres no pueden faltar a esta aventura para ver los rostros de felicidad de sus pequeños y de acompañarlos a cumplir sus sueños paso a paso. Además, dan su aporte en el pequeño organopónico de la institución. En 10 canteros crecen condimentos, vegetales y frutas , todo regado con la semilla del amor y con técnicas agroecológicas.
La directora de Maravillas de la Ifancia, María Eugenia Romero, guía en estos primeros pasos a los que serán en un futuro artistas verdaderos. Allí juegan, aprenden y desarrollan habilidades para luego poder adentrarse profesionalmente en el mundo de la cultura y sus manifestciones artísticas. (RPB)
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