Francisco “Pancho” Rodríguez y el equipo de El Mirón Cubano no cejan en su empeño de hacer teatro, para bien de los matanceros. Su insistencia por hacer permanente el arte de las tablas deviene en satisfacción para quienes aspiramos a una ciudad vibrante y sorprendente.
Desde este 16 de abril, y hasta el día 21, la Atenas de Cuba, ya de por sí engalanada por los aires renovadores y vanguardistas de la Bienal, recibe a la 10ma Jornada de Teatro Callejero, un espacio para reivindicar lo más popular del arte dramático.
Poco a poco, y tras mucho esfuerzo y dedicación, han logrado convertir al evento en un bastión que defiende y apuesta por la creación y la voluntad artística, por el espectáculo. Un teatro que comparte la escena común, el espacio público, en permanente acción sociopolítica y transformadora. Una jornada que subvierte lo tradicional, que corroe los esquemas e invita y suma, que construye y enamora.
Múltiples discusiones teóricas, pasacalles por las principales avenidas de la urbe, performances, puestas en escena en parques y plazas, clases especializadas y talleres, coadyuvan a que la Jornada de Teatro Callejero sea más que un mero hecho cultural citadino.
Artistas extranjeros y agrupaciones cubanas con diversas tendencias estéticas permiten que coexistan opciones para los más exigentes públicos, así como posibilitan que la urbe renazca en esplendor artístico en una semana en que recesan las actividades docentes y la familia tiene la oportunidad del disfrute.
Es la décima edición de la Jornada. Para suerte nuestra, ya va tomando visos de adultez y se consolida como suceso cultural. Qué bueno tenerla siempre.