El bloqueo económico, comercial y financiero que impone Estados Unidos contra nuestro país hace más de cinco décadas tiene efectos negativos en todos los ámbitos de la sociedad cubana, pero de manera especial y cínica, sus consecuencias se sienten en la Salud Pública.
En Cuba, de acuerdo con el Artículo 72 de la nueva Constitución, la salud «es un derecho de todas las personas y es responsabilidad del Estado garantizar el acceso, la gratuidad y la calidad de los servicios de atención, protección y recuperación. El Estado, para hacer efectivo este derecho, instituye un sistema (…) a todos los niveles accesible a la población y desarrolla programas de prevención y educación, en los que contribuyen la sociedad y las familias».
No obstante, esa absurda y obsoleta política de asfixia económica es responsable de afectaciones al sistema de salud superiores a los dos mil 500 millones de dólares. Daños provocados por las enormes dificultades para adquirir medicamentos, reactivos, instrumental, piezas de repuesto para equipos médicos y otros insumos necesarios para el funcionamiento del sector.
En Matanzas, solo en el Hospital Pediátrico Eliseo Noel Caamaño durante el pasado 2018, el bloqueo afectó de manera especial áreas tan sensibles para la vida de nuestros pequeños como Cardiología, Oftalmología y Medicina Física y Rehabilitación. De acuerdo con Luis Gustavo Cepero Ortega, Subdirector Administrativo de esa instalación, el déficit de esos recursos, consecuencia de la aplicación extraterritorial del llamado “embargo”, «aumentó el costo de los servicios sanitarios que son gratuitos a la población, pero que le cuestan al estado millonarias sumas y, aun así, se garantiza una salud de primera calidad».
Refierió Cepero Ortega que en el centro médico no existe, porque el país se ve imposibilitado de comprarlo, un equipo de mapeo automático empleado para detectar la arritmia del corazón en edades pediátricas. Al respecto, destacó que «al no existir este equipo en nuestro hospital determina que haya que trasladar al paciente a la ciudad de La Habana, al William Soler, donde por culpa del bloqueo también está defectuoso».
De esta manera, también acusan la falta de equipos portátiles para la ecografía dópler, así como de un electrocardiógrafo de doce derivaciones, marcapasos infantiles, oxigenadores, bicicletas ecométricas y esteras, «ya que se utilizan en conjunto».
Abunda Luis Gustavo que en el pediátrico yumurino padecen con los oftalmoscopios, los cuales «no tienen insumos de repuesto», mientras que otro instrumental muy necesario para el tratamiento de las afecciones oculares como pinzas especializadas, ganchos de estrabismo, tijeras para conjuntivas, y otros destinados a operaciones de cataratas y pterigión, son muy limitados.
Asimismo, existen problemas con los tonómetros, equipos empleados para medir la presión ocular, mientras que se dificulta el acceso al papel donde se registran los datos y a los equipos para realizar la campimetría visual, «el único que existe en Matanzas para esta área de campimetría se encuentra en el Hospital Faustino Pérez y se encuentra defectuoso».
De acuerdo con Luis Gustavo «no existe en nuestro hospital un tomógrafo, equipo que se emplea para la tomografía axial computarizada, cuya utilización es clave para detectar la existencia de síndrome anárquico proliferativo, accidentes cerebrovasculares, traumas, entre otros padecimientos».
Esa institución sufrió, además, déficit de instrumental clave en el área maxilo-facial, entre las que destacaron por su importancia las gafas amplificadoras, las luces del salón de operaciones y las suturas; lo que no impidió que sus especialistas desarrollaron su labor con toda la preocupación y responsabilidad posibles.
La falta de suministro de piezas de respuesto para equipos de altas tecnologías; como rayos equis, ultrasonidos, analizadores químicos y geringillas perfusoras también incidió de forma determinante en la calidad del servicio a nuestros infantes, así como la no presencia de los manuales tecnológicos para el reparamiento de estos equipos.
Sin dudas, el bloqueo económico limita la salud del pueblo matancero, y de forma especial a sus chicos. Es enorme el esfuerzo que realiza el Estado cubano para asegurar un número importante de dietas médicas especiales, medicamentos para enfermedades raras, y todos los insumos que implican afecciones como el cáncer, el VIH/Sida, la diabetes, la hemofilia, la enfermedad renal crónica, la artritis reumatoide; o lograr aplicar con éxito tratamientos costosísimos como las cirugías de transplante de órganos o la revascularización quirúrgica, que a nivel mundial superan los miles de dólares. Es un esfuerzo constante contra la intransigencia.