
Camiones de ayuda humanitaria entran en la destruida Franja de Gaza. Foto: Saher Alghorra / Europa Press
Llega la ayuda humanitaria
Tras el alto el fuego en Gaza, el rugido de las bombas israelíes ha desaparecido después de 15 meses de guerra, pero no así los 42 millones de toneladas de escombros que hoy sepultan a sus muertos: miles de cuerpos, algunos ya solo huesos, que familiares y forenses intentan identificar y devolver a los suyos.
Huesos, ceniza y basura

Civiles palestinos recogen los restos y la basura entre los escombros. Foto: Bashar Taleb / AFP
Con la entrada en vigor del alto el fuego, el pasado 19 de enero, los equipos de rescate gazatíes ya han recuperado cerca de 200 cadáveres a lo largo de una devastada Franja de Gaza. Pero el difícil acceso a la zona norte de Gaza, así como la falta de maquinaria pesada, hace que este proceso apenas avance.
Una montaña de escombros

Vista general de lo que queda de los edificios bombardeados en Gaza. Foto: Mohammed Salem / REUTERS
“El norte de Franja es otra realidad, una montaña de escombros”, aseguró el portavoz de los equipos de rescate de la Defensa Civil gazatí, Mahmud Basal.
“Tras la invasión militar terrestre que duró más de 100 días, los muertos se quedaron en las carreteras y las calles. Pero tras el continuo bombardeo, los escombros y los cadáveres se mezclaron”, explica.
Familias pérdidas y separadas

Palestinos sentados entre basura y lo poco que queda tras las bombas. Foto: Mahmoud Issa / REUTERS
Tamer Ali Ashur, un joven con necesidades especiales, conocía a la perfección su barrio en Al Mawasi (Rafah) y cómo comunicarse con sus padres y cinco hermanas. Pero su padre dice que la extensa destrucción eliminó “sus puntos de referencia” y que, un día, fue incapaz de volver a casa.
Buscar cadáveres “con las manos”

Un grupo de palestinos alrededor de una hoguera. Foto: Ali Suleiman / Europa Press
Ahmed Radwan, jefe de prensa de los equipos de rescate en la provincia de Rafah, donde los tanques y tropas israelíes iniciaron una invasión terrestre el 7 mayo expulsando a más de un millón de personas al área costera de Al Mawasi, dice que su personal a veces tiene que rebuscar “con las manos o herramientas primitivas” ante la escasez de maquinaria pesada.
Abuso sistemático

Palestinos caminan entre casas y edificios devastados. Foto: Mahmoud Issa / REUTERS
El gazatí Zaki Abdel Salam aún no sabe del todo cómo decirle a su hermana que su hijo, de 19 años, está muerto. Dice que le perdieron el rastro hace cinco meses en el área sureña de Al Shabura, en Rafah, sur de Gaza, y que aún conservaban la esperanza de que estuviera detenido por los israelíes, incluso pese a las denuncias de “abuso sistemático” a la que los presos palestinos son sometidos.
La cotidianidad en la Franja

Una mujer palestina está sentada junto a un edificio mientras espera a que se caliente una cacerola. Foto: Mohammed Salem / REUTERS
Entre sucias garrafas de agua, piedras, colchones y telas desgastadas, los supervivientes intentan construir una nueva cotidianidad.
Nuevos hogares

Un dron muestra un campamento de palestinos desplazados junto a la playa en Khan Younis, al sur de Gaza. Foto: Haitham Imad / EFE
A finales de noviembre, el Ministerio de Sanidad gazatí, del Gobierno de Hamás, denunció que los ataques israelíes habían exterminado a más de 1 400 familias tras la muerte de unas 5 400 personas identificadas en el registro civil. Generaciones enteras aniquiladas en meses.
“Queremos vivir en paz”

Un grupo de palestinos alrededor de una hoguera. Foto: Mahmoud Issa / REUTERS
Pese a la pérdida, el gazatí Ali Suleiman repite lo que estos días corean muchos de los supervivientes de estos 470 días de infierno: “No nos moveremos de esta tierra porque nacimos aquí y queremos quedarnos. Pero no queremos guerras. Queremos vivir en paz”.
(Tomado de Público/EFE)
Gaza debe “reconstruir 60 años de desarrollo perdido” (+ Video)
Tras el inicio del alto el fuego entre Israel y Hamás, el 19 de enero de 2025, la atención se centra en la reconstrucción de Gaza.
La ONU estima que unos 42 millones de toneladas de escombros yacen esparcidos por la Franja de Gaza después de que más de dos tercios de la infraestructura quedara destruida por los ataques aéreos y las incursiones terrestres israelíes.
Asimismo, unas 46 000 personas han perdido la vida en la guerra en Gaza, según el Ministerio de Sanidad, dirigido por Hamás. Se teme que la cifra aumente a medida que se identifiquen más cadáveres.
Según cálculos de la ONU, el proceso de reconstrucción de la sociedad podría llevar décadas y costar hasta 80 000 millones de dólares estadounidenses.
Un “entorno extremadamente tóxico”
Achim Steiner dirige el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Es una de las agencias de la ONU que apoyan a los palestinos, centrándose en las infraestructuras de los territorios palestinos ocupados.
“Calculamos que se han perdido más de 60 años de desarrollo. El 67% de las infraestructuras están dañadas o destruidas”, señala en una entrevista concedida a DW en el marco del Foro Económico Mundial de Davos.
“La mayoría de los habitantes de Gaza volverán a un edificio gravemente dañado al que no podrán mudarse o simplemente a un montón de escombros. Esos escombros siguen siendo peligrosos. No solo puede haber cadáveres que no han sido evacuados, sino también municiones sin detonar y minas terrestres. Es un entorno extremadamente tóxico”, agrega.
Infraestructura y salud mental
Además de trasladar alimentos y suministros médicos esenciales a Gaza lo antes posible, los esfuerzos iniciales deben centrarse en la rápida recuperación de infraestructuras críticas, como plantas de tratamiento de agua alimentadas por energía solar, indica el entrevistado.
Después, se podrá empezar la tarea de retirar los escombros y reconstruir viviendas, escuelas y hospitales. Steiner asegura que la gente también necesitará apoyo para su salud mental y ayuda para encontrar a sus familiares.
“Si nos fijamos en el trauma que ha vivido la gente, no es solo la infraestructura física la que ha sufrido enormes daños. La gente ha perdido decenas de miles de familiares”, observa.
“El nivel de trauma afectará a la gente durante años”, prosigue. “Probablemente hay muchos niños huérfanos ahora mismo. Fueron cuidados por desconocidos que los acogieron en sus tiendas”.
“Hay mucho nerviosismo”
Para que comience la reconstrucción, debe mantenerse el alto el fuego entre Israel y Hamás.
“Todavía hay mucho nerviosismo”, dice Steiner. “¿Se mantendrá el alto el fuego, llegaremos realmente a las etapas 2 y 3?”.
La segunda etapa del alto el fuego incluye el cese permanente de los combates, la devolución de los rehenes restantes a cambio de los detenidos palestinos en cárceles israelíes y la retirada de las tropas israelíes de Gaza. La tercera fase se refiere a la reconstrucción de Gaza.
Si el alto el fuego se mantiene, Steiner afirma que la comunidad internacional se ha comprometido a apoyar la labor humanitaria inicial. Pero subraya que la reconstrucción requerirá compromisos a largo plazo de los Estados miembros de la ONU y del sector privado.
“Los miles de millones de dólares que habrá que movilizar incluso para las primeras tareas de recuperación y, a largo plazo, para la reconstrucción, ascenderán a decenas de miles de millones”, añade el jefe del PNUD.
Israel debe negociar de “buena fe”
Para Steiner, la financiación y el apoyo de Estados Unidos y Europa son clave para la reconstrucción de Gaza. También espera un apoyo significativo de los países de Oriente Medio, aunque Líbano y Siria afrontan actualmente sus propios esfuerzos de reconstrucción.
Asimismo, considera crucial que Israel mantenga el diálogo: “Creo que Israel, como en cualquier conflicto, tiene que ser un socio negociador de buena fe”.
(Con información de DW)