Soy la joven del futuro. Foto: cortesía de la autora

El ómnibus rechina sus frenos al detenerse en la parada. Exhausta de un largo día frente a los libros, con la mirada encuentro un asiento en el que descansaré la hora y media de trayecto a mi casa. En cada pausa, sube una que otra persona, algunos con bastón y otros con rostros cansados. Una joven, 18 años parece, aborda la guagua con una pequeña niña aferrada a su cuerpo.