Este 14 de enero se conmemora el Día del Trabajador Eléctrico, merecido reconocimiento a ese sector y a Antonio Guiteras Holmes, quien un día como hoy, pero de 1934  firmó la intervención de la mal llamada compañía cubana de Electricidad.

Desde el 1977 Cuba estableció la efemérides para rendir tributo a Guiteras y homenajear a los hombres y mujeres de este sector tan vital para la economía y la sociedad cubanas, por atender un servicio tan sensible como es la energía eléctrica.

El sindicato del ramo otorgará, por única vez, el sello Aniversario 45 de instituida la célebre fecha; también impondrá la distinción Ñico López, mártir del ramo; combatiente revolucionario cubano, miembro del Movimiento 26 de julio y expedicionario del Granma; y la medalla Jesús Menéndez, que se otorga a cubanos, extranjeros y colectivos de trabajadores por sobresalientes méritos laborales.

Los eléctricos están conformados por una amalgama de trabajadores, entre ellos los administrativos, de servicios y de la producción, pero todos cuando el momento lo requiere se desdoblan en linieros, cocineros, almaceneros y van a pie de obra a restablecer servicios eléctricos en cualquier parte de la isla, e incluso como colaboradores internacionalistas.

En mi época de reportero cubrí el accionar de los linieros y el resto de los trabajadores de la electricidad matancera en provincias como Camagüey y Pinar del Río, a minutos de haber pasado ciclones por esas regiones, labor que realizaban en situaciones sumamente riesgosas y sin todas las condiciones requeridas.

Se reportaron historias de vida de compañeros que sus viviendas en Matanzas fueron dañadas y ellos dieron el paso al frente para recuperar los servicios eléctricos en esas provincias, sin mirar para atrás y sin pedir prebenda alguna. Por eso, y por mucho más, hay que felicitar, hoy y siempre, a los trabajadores eléctricos cubanos.