La Colla: un pan, una procesión y una virgen morena. Guillermo Carmona
– ¡Háblate, látigo! – le suelta un niño a un hombre con camisa de cowboy de feria. Entonces el cuero chasquea contra el asfalto de la calle que sube hasta las alturas de Monserrate, como si intentara domar la ciudad; pero esta, al igual que nosotros, tiene el lomo duro.